Sobre la concepción de Alexander Cherkov, del libro Introducción al mundo del arte "Escultura, pintura, dibujo y más"
El lugar de la percepción en la pirámide de la creatividad.
Cada uno de nosotros ha sido a menudo destinatario (espectador/oyente/lector) de obras de arte. Con menos frecuencia se nos pide que desempeñemos el papel de críticos de arte, determinando los méritos y deméritos de las obras de arte. ser elAmén - escultor o pintor (Ejecutor) Se fue a una pequeña parte de nosotros. Y finalmente para recibir el reconocimiento de un maestro, ecreador Las obras de arte originales son propiedad de unos pocos.
Pero, ¿es realmente así?
Durante mi enseñanza práctica, pude ver una y otra vez cómo los principiantes en los estudios de arte se apresuran a subir a la cima de esta pirámide para convertirse en artistas, yo mismo era así. Sin embargo, tras largas observaciones, he llegado a la conclusión de que los artistas, los creadores del arte, están en realidad en la base de esta pirámide y el destinatario es el que está en la parte superior. Porque, como es bien sabido, una obra de arte se convierte en tal sólo en la cabeza (¿o el corazón?) Del espectador, lector u oyente. Cuando sin la presencia de un destinatario, la obra no será más que un lienzo con colores, un paquete de papel con letras impresas o vibraciones de ondas sonoras en el aire ...
De esta forma, esta pirámide se puede representar de la siguiente manera:
El camino hacia los picos de la percepción
De esta estructura surge la conclusión: para llegar a la cima del concepto en el arte uno tiene que pasar por todas las etapas de la pirámide. De lo contrario, "miraremos y no veremos, oiremos y no escucharemos, leeremos y no entenderemos". Es decir, en la pintura vemos colores y no imágenes, en la música escuchamos sonidos y no armonía, en los libros leemos palabras y no significados. Este hallazgo es paradójico a primera vista, y cambia de un extremo a otro la opinión predominante de que ver / escuchar / leer arte cualquiera puede, mientras se crea arte, solo un puñado de virtudes son capaces.
De hecho, es precisamente la capacidad creativa la que está en la base de las capacidades de la persona. Se nos dice que el Creador creó al hombre a su imagen. ¿Cuál es el significado? ¿El Creador tiene dos brazos y dos piernas, como los nuestros? ¿Tiene cabeza con dos ojos como nosotros? En mi opinión, esto significa que el hombre no es como Dios de ninguna otra manera que no sea la capacidad de crear. Ser un artista (creador) para el hombre es una cuestión simple y natural similar a respirar o caminar sobre dos piernas. Todos los niños saben esto, pero desafortunadamente, "se olvidan con la edad". Sin embargo, basado únicamente en la habilidad de la obra, sin conocer y dominar las técnicas de interpretación, y sin ningún desarrollo del pensamiento crítico pero usando solo la intuición, nuestro espectador-oyente-lector podrá captar solo la capa superficial de la obra de arte, reduciendo su percepción de la obra dentro de ciertos límites. De "Motza Chen - No Motza Chen".
Sin embargo, sería un error creer que el camino hacia la cima de la pirámide, en el que el destinatario de la obra de arte tiene una percepción desarrollada, es de naturaleza consistente. Es decir, no creo que una persona con capacidad creativa que progresa en el camino de su desarrollo como artista, será un buen intérprete, y luego más adelante en su camino, se elevará al nivel de un crítico, y finalmente alcanzará la cima de la pirámide. En este caso, la imagen se vería así: un pequeño creador (embrión) se convierte en un pequeño artista, luego evoluciona a un pequeño visitante y finalmente asciende a la cima de la pirámide como un pequeño receptor de arte.
El desarrollo de la percepción como meta del crecimiento creativo
Me refiero a otra cosa. El artista (y partimos de la premisa de que toda persona es así), que aplica las habilidades escénicas y desarrolla el pensamiento crítico, “crece” y asciende a lo más alto de la pirámide de percepción.
Sin embargo, este problema (sigue siendo un "pequeño receptor de arte") todavía existe. Incluso mientras trabajaba con niños (y no menos más tarde, cuando trabajaba con adultos), noté con qué facilidad un artista al comienzo de su carrera sacrifica su creatividad inicial para dominar la complejidad de las habilidades de interpretación lo más rápido posible. También abandona con la misma facilidad la forma "agotadora" de aprender, después de probar el poder del pensamiento crítico. Pero al llegar a la cima de la pirámide, el destinatario desarrollado podrá expresarse como crítico, intérprete y creador de una obra de arte de una manera mucho más completa. El potencial creativo de la persona se fortalece en el proceso de expansión y profundización de la percepción. Esto es exactamente lo que veo como mi principal objetivo, que se logra entrenando reglas profesionales y métodos técnicos de las artes, así como desarrollando un pensamiento crítico constructivo.
La percepción y el rol del docente
Entre los participantes de mi taller hay bastantes artistas que ellos mismos enseñan a los alumnos, a quienes les transmiten su experiencia personal. En conversaciones con ellos, noté que la percepción no se puede enseñar. Se desarrolla junto con el artista avanzando en su camino creativo. Como parte de asumir la responsabilidad de enseñar a otros, hay que tener mucho cuidado con la creatividad inicial de los estudiantes. Para no "pisar" al alumno y no "pisotear" su independencia creativa, el maestro debe permanecer "detrás" de su aprendiz, para no perder por su autoridad y experimentar el propósito del alumno.
Como una madre, enseñándole a su hijo los primeros pasos.
O como Stalker, en Andrei Tarkovsky, Que persigue a las personas que ponen su vida y su destino en sus manos.
